Durante el vídeo "La increíble máquina humana"
podemos observar la cantidad de acciones que se producen en nuestro cuerpo, y
la cantidad de componentes del mismo que participan en cualquier actividad de
una persona humana.
Lo que nosotros podemos ver de una persona no es más que una
capa, la piel, que tapa la increíble cantidad de órganos, nervios, músculos,
tendones, huesos... que poseemos en nuestro interior y sin los cuáles,
funcionando perfectamente, no podríamos, en muchos casos, ni siquiera
sobrevivir.
La piel, además de tapar y proteger la compleja máquina que
forma nuestro cuerpo, también tiene otras funciones como la de guardar la
temperatura corporal, y en ella se encuentran gran parte de las células del
tacto.
Pero este no es más que el principio de las cosas que
nuestra máquina es capaz de hacer.
Estamos acostumbrados, desde que nacemos, a ver los objetos,
a escuchar ruidos, a comer, equilibrarnos, respirar...
Pero, ¿es esta una tarea tan fácil como aparenta? Prácticamente
cualquier persona es capaz de realizar todas estas tareas sin ningún problema,
de forma automática y sin ni siquiera tener que pensar qué está haciendo, pero
todas y cada una de estas tareas tienen un mecanismo muy complejo de
actividades que deben cumplirse en nuestro cuerpo, sin las cuales nos sería
imposible hacerlo.
Por ejemplo, el ojo es uno de los órganos más avanzados que
poseemos. Este es capaz de captar la luz, transformar esta luz en impulsos
nerviosos que llegarán al cerebro y, posteriormente, serán traducidos a
imágenes. Todo esto ocurre en milésimas de segundo, y cualquier pequeño fallo
que se produzca en alguno de los componentes, los cuales son tan pequeños que
son totalmente inapreciables al ojo humano, podría dejarnos sin visión.
Con la audición pasa exactamente lo mismo, somos capaces de
captar sonidos porque estos producen unas ondas que viajan por el aire, estas
ondas son captadas por el oído y llegan al tímpano el cuál vibra, estas
vibraciones se transmiten a una cadena de huesecillos que transmiten esta
vibración al cerebro mediante impulsos nerviosos, lugar donde se traducirán y
nos permitirán saber qué ruido es, de donde viene...
Estos sentidos, la vista y el oído, funcionan de forma
automática realizando todas estas tareas en milésimas de segundo.
Si alguno de sus componentes tiene una lesión o falla nos
llevaría a tener muchos problemas en acciones tan comunes como es andar o
hablar. Por ello podemos decir que nuestro cuerpo funciona como una máquina
perfecta.
Esto pasa con todos los órganos de nuestro cuerpo, los
cuáles realizan sus funciones de una forma u otra, pero lo realizan de la forma
más eficiente posible y este trabajo es el que nos permite sobrevivir.
Todo esto nos ayuda, sin duda, a la hora de realizar
movimientos, pues sería mucho más complejo andar, correr o ir en bici sin
escuchar, sin ver, o sin tener equilibrio.
Pero la capacidad de nuestro cuerpo de realizar tareas muy
complejas de forma muy eficiente y rápida no acaba aquí. Para realizar
cualquier movimiento el cuerpo necesita energía. Esta energía la obtendremos de
los alimentos los cuáles, al comérnoslos, descomponemos en nuestro cuerpo para
obtener los nutrientes y expulsamos más tarde los desechos. Para realizar esto
participan el aparato digestivo y el excretor, cada uno, por supuesto, formado
por muchos órganos los cuáles, de nuevo, un error en cualquiera de ellos podría
perjudicarnos de forma increíble llegando a impedirnos vivir.
De esta forma obtenemos los nutrientes, que pasan a trabajar
como la gasolina de nuestro cuerpo, pero el trabajo no acaba aquí, ya que esos
nutrientes de llegar a todo el cuerpo junto con la sangre la cual también
transporta el oxígeno de los pulmones, que ayuda a la contracción muscular, que
produce movimientos de nuestro cuerpo...
Como vemos, la tarea más sencilla de nuestro cuerpo que
podamos imaginar, como por ejemplo respirar, no es tan sencilla como parece.
Pero además cada tarea que realiza nuestro cuerpo, está muy estrechamente
relacionada con el resto, con todas.
Aunque en apariencia sean cosas totalmente distintas, la
respiración no funciona de manera correcta en un cuerpo humano, a este le será
mucho más complejo o imposible contraer un músculo. El aparato locomotor y el
aparato respiratorio desempeñan funciones muy distantes, en teoría no tiene
nada que ver uno con el otro. Pero esto no es así y cada órgano, cada aparato y
cada célula de nuestro cuerpo es un símil de una máquina que realiza una tarea
en una cadena en la cual sin el trabajo de la máquina anterior, la de después
no podrá realizar su trabajo.
El cuerpo humano es igual que una gran fábrica formada por
pequeñas máquinas, por poner un ejemplo, compararemos al cuerpo humano con una
fábrica de coches. Existen numerosos trabajadores y máquinas, unas harán la
carrocería, otras las ruedas, otras pondrán los tornillos en las ruedas, otras
las llantas... Pero en el momento en que falla una, aunque en teoría parezca
una máquina poco importante, como puede ser el destornillador automático que
pone los tornillos a las ruedas, el coche se quedará sin ruedas, las siguientes
máquinas no podrán realizar su trabajo y el coche que iba a fabricarse será
totalmente inútil. Ahora, continuando con el símil, el coche es nuestro
corazón, y si cada componente que debe llegar al corazón no llega en la
cantidad, momento y lugar correcto, este corazón no podrá funcionar y, por lo
tanto, no podrá transportar a los viajeros que en este caso es un ser humano.
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